El juego, una actividad común en los niños, puede revelar señales tempranas de autismo. Este trastorno, conocido como Trastorno del Espectro Autista (TEA), engloba una variedad de comportamientos que, al ser interpretados adecuadamente, se convierten en alertas cruciales a las que debemos prestar atención.
Los niños suelen pasar su tiempo jugando, un momento en el que expresan sus emociones de manera espontánea. Los parques, patios y la interacción con otros niños son escenarios habituales para ello. Sin embargo, en la era digital, es común que los niños se entretengan con dispositivos digitales, viendo imágenes y videos. Este uso excesivo de la tecnología, especialmente en edades tempranas y por periodos prolongados, puede encubrir señales de autismo que pasan desapercibidas, debido a que los consideramos meros entretenimientos sin evaluar su contenido o utilidad.
Es importante reconocer que el espectro autista puede influir en la manera en que un niño juega e interactúa. Algunas señales a tener en cuenta incluyen:
- Falta de imitación de las acciones de otras personas.
- Preferencia por juegos ritualistas o solitarios.
- Escaso desarrollo de juego imaginativo o de rol.
Estas señales no solo son indicadores de alerta, sino también elementos clave para ajustar el entorno y el trato adecuado una vez que se identifica el trastorno, especialmente en instituciones especializadas en la atención y asistencia de estos niños. Estas alertas pueden pasar inadvertidas en familias con estilos de vida muy estructurados y disciplinados, donde los niños crecen en ambientes con poca interacción física y se les inculcan comportamientos adultos desde temprana edad. Sin embargo, estas circunstancias no disminuyen la importancia de estar atentos y comprender las señales de autismo, siempre con la orientación de un médico especializado.
Comentarios
0 comentarios
Inicie sesión para dejar un comentario.